Empezamos: Báltico 2019, Helsinki

1 y 2 JUL 2019

EZE – HEATROW – HELSINKI

¡Aquí estamos! En ruta de nuevo… a completar lo iniciado en 2017, con el viaje a Escandinavia.

Nos había quedado colgada Finlandia, nada menos, así que este viaje se llamará Báltico 2019, completado con capitales de los Países Bálticos (Estonia, Letonia, Lituania… ¡a aprender geografía!) y coronado con las dos capitales rusas: San Petersburgo y Moscú.

Volamos por la British en vuelo diurno (sale a las 13.30 de EZE), invadidos por un grupo adolescente de un colegio, no muy bullanguero por suerte, y con excelente servicio a bordo. De mi parte, fue muy poco lo que pude dormir, miré un par de películas, leí.

La conexión de vuelos fue muy sencilla (aun con cambio de Terminal en Heathrow) y puntual. Llegamos a Helsinki ya en martes 2 y 25’ antes de lo previsto. El trámite de migraciones y equipaje fue apenas eso y salimos del aeropuerto buscando el tren que nos llevaría a la estación central en Helsinki. Todo fue como lo estudiado en la guía: sacar el ticket en la máquina, zona ABC, cualquiera de las dos líneas P o I.

Demás está decir que el tren fue súper puntual, limpieza absoluta (más allá de tratarse de un día de lluvia) y mucho control de pago de los tickets. También nos sorprendió la cantidad de bebés a bordo… muchos papis y mamis con carritos (de hecho, muchos bebés y niños en los vuelos también… ¿un nuevo baby boom?).

En media hora estuvimos en la estación de trenes… bellísima, toda una expresión de la arquitectura modernista (art nouveau) finesa. Pero el tiempo de las fotos vendría después. Desde la misma plaza pegada a la estación (Eliel) caminamos unos metros para tomar el tranvía 2, que nos acercaría al hostel. El chofer del tranvía era español (o al menos eso parecía por su acento) y fue muy amable al ratificarnos la dirección del tranvía y la parada (nada… apenas dos paradas, pero con las valijas bien valía la pena; por lo demás, tienen un ticket integrado de transporte público, así que con el del tren todavía estábamos en tiempo, porque dura 80’).

Las indicaciones para llegar a Both Helsinki fueron muy precisas. Llegamos sin inconveniente y sin tan siquiera usar el Here Maps. Se trata de un hostel del estilo residencia universitaria escandinava; en verano y ya sin estudiantes, lo ofrecen como alojamiento abierto. Fue la primera reserva para este viaje, espantados por los precios… claro, terminó siendo el más barato. Me hace acordar mucho a la residencia universitaria en Alcalá, todo nuevo, ecológico, minimalista… tenemos heladera, kitchen y “confort sin estridencias”, ja ja. Y dos supermercados a menos de una cuadra…

Nos acomodamos, hicimos provisión de lo mínimo y nos dispusimos a aprovechar que había despejado un poco (hay pronóstico de lluvia todos los días… grrrrrrrrrrrrr, veníamos mal acostumbrados con el buen tiempo!).

Arrancamos volviendo sobre la estación central, en busca de la Oficina de Turismo. Estábamos realmente muy cerca y la ciudad ya empezó a sorprendernos

La estación es verdaderamente hermosa…

Nos llenamos de brochures de actividades, recorridos, mapas y planes alternativos, con un personal muy amable, todos en perfecto inglés.

El idioma es literalmente incomprensible. Está lleno de “h” y de “k”, las palabras son larguísimas, casi impronunciables, con escasa raíz latina que podamos entender. En el tren había intentado seguir la pronunciación de los altoparlantes que anunciaban las estaciones. En realidad se parece bastante a leer “literal” en español, con un acento que no podría describir, las “h” como “j” aspiradas y luego una serie de particularismos que tienen que ver, sobre todo, con letras con diéresis y acentos raros que ya varían todo… Ni intentarlo… Encima, todo está por lo menos en los dos idiomas oficiales: finlandés y sueco (¡que difieren bastante entre sí!), luego —si hay suerte— viene la tercera opción en inglés.

Hay muchísimo para contar de Finlandia y de Helsinki…

Finlandia, durante mucho tiempo en su historia fue campo de batalla entre suecos y rusos, que se disputaron este territorio por largos períodos. Finalmente, a costa de perder mucho territorio, pero pudieron declarar su independencia definitiva (aprovechando la Revolución Rusa de 1917, luego tironeada en el período de las Grandes Guerras entre la propia Rusia y Alemania…).

Helsinki fue fundada en 1550 por los suecos. Hay vestigios de esta dominación en múltiples locaciones: el fuerte de Suomenlinna (en una isla cercana), en el idioma, en algunas comidas. En 1917 se transformó en la capital de un estado independiente y, desde entonces, no ha parado de asumir desafíos: juegos olímpicos en 1952, capital europea de la cultura en 2000, capital mundial de diseño en 2012…

Salimos de la estación y continuamos el recorrido por las inmediaciones: el Ateneum, el mayor museo de arte, con obras de la “época de oro” finesa (el s. XIX),

(parece que Helsinki fue elegida capital del turismo inteligente en 2019… aquí estamos 😉 )

y así fue que llegamos a Kiasma, una especie de centro cultural con exhibiciones “raras”, que no tenían indicación especial salvo por el espacio arquitectónico que, ciertamente, es muy bello…

El exterior es muy vanguardista, aunque está parcialmente en refacciones…

Fue en este momento en que empezóa llover un poco… pero nada nos amedrentaba 🙂

En la misma plaza convergían este espacio Kiasma, el teatro más importante de música clásica, el Musiikkitalo (algo así como centro de la música)

el Parlamento

y un edificio impresionante que, a primera vista, no reconocimos (se inauguró recién en 2018 y nuestra guías no lo tenían):

Se trata de Oodi, la biblioteca central de Helsinki… una maravilla arquitectónica… clickear aquí los entusiastas de este arte…

Nos perdimos en su belleza, austeridad, funcionalidad, vanguardia… interior de la planta baja…

el primer piso con increíbles espacios de lectura, esparcimiento, impresión 3D, reuniones, costura, videojuegos…

llegar al segundo piso

 con la biblioteca en sí misma… ¡quiero quedarme acá a estudiar cualquier cosa!

y el exterior, con esa terraza…

FAS-CI-NA-DOS… esto era la arquitectura y el diseño finlandés (diríamos, también, escandinavo): practicidad, minimalismo, cero ostentación, materiales nobles, funcionalidad. Quedamos verdaderamente impactados con este lugar, imperdible.

Al igual que en Oslo, a las 5pm / 6pm ya no queda nadie en los barrios, en las calles que no estén muuuuuuuy dominadas por el turismo.

Caminamos otro rato más, pasamos por otro centro cultural (Finlandia Hall) y trepamos hacia el oeste en dirección a una iglesia famosísima: la Temppeliaukion Kirkko (o iglesia de roca), que vimos por afuera

y decidimos dejar para otro día. Volvimos al hostel, cerca de las 7pm, literalmente destrozados… nada abierto en las cercanías, salvo un bar/restó pequeño, que tenía comidas para llevar. Así que compramos falafel, kebabs, y a hacer el picnic para, muy pero muy poco después (creo que eran las 9pm) caer rendidos… Los dos nos habíamos preparado “algo” (libro, celular, brochures, mi computadora) para el insomnio de la madrugada… nada parecido: dormimos hasta que el despertador nos sacudió a las 7am. Estábamos verdaderamente fusilados. Al día siguiente… ¡programa sorpresa con compañía argentina! 😉

4 comentarios sobre “Empezamos: Báltico 2019, Helsinki”

    1. ¡Gracias querida Cristi! Recién ahora me pongo a contestar estos comentarios… estoy «contra los palos», ja ja… me falta la casita para ir adelantando!!! Beso enorme, los extrañamos

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