21 ENE 2019
Watamu
El domingo 20 estábamos de salida y se habían terminado nuestras reservas de hotel. Ya unos días antes habíamos decidido que 6 noches en Diani sería mucho; además, Watamu nos había encantado. Lamentablemente, no había disponibilidad para quedarnos en Kobe, así que reservamos dos noches en Mawe Resort, al norte del pueblo de Watamu, a sabiendas de que no sería igual…
Un taxi nos llevó desde el extremo sur de la playa hasta el extremo norte. El lugar tenía su encanto… con un parque precioso, una linda pileta
y un balcón al mar alucinante
El único tema fue que prometían algo que, en definitiva, no era. Habiendo disponibilidad (y distintos precios), elegimos la habitación con vista al mar. La vista al mar es menos de una cuña y siempre que uno esté parado. Embaucados en eso. Ellos mismos lo reconocen aunque la “manager” nunca apareció. En fin, haremos nuestro descargo en booking.com.
Hay lindos lugares para descansar e, incluso, protegerse del sol
El hotel no tiene playa. Hay una bajada al mar desde la que se puede caminar hasta la playa durante la marea baja (que dura hasta 1.30pm aprox)
Nos quedamos leyendo hasta las 3.30pm y nos fuimos caminando por afuera (se hace bastante más largo, porque hay que salir hasta la ruta principal y volver a entrar) para reconocer la playa
Más allá de no ser tan linda como la del sur, tiene su encanto con todas esas formaciones rocosas enfrente y, sobre todo, con el paisaje brutalmente distinto entre mañana y tarde.
También es notoria la diferencia de públicos: si bien hay muchísimos italianos, el «local» se mezcla mucho más, no sólo por la presencia de los lugareños en la vida de playa, sino incluso de turistas kenianos.
El kite surf también abunda por aquí y nos quedamos viendo cómo armaban el equipo
Volvimos al hotel y nos quedamos otro rato en el “balcón”… placer ver el atardecer desde allí
¡Y esa luna!
Cenamos ahí mismo, bien, nada memorable.
A la mañana siguiente nos dispusimos a bajar por la escalerita y caminar por abajo hasta la playa. Estaba nublado y no podíamos creer los reflejos del cielo, el agua, la costa, ¡y sólo teníamos mi teléfono!
Volvimos para desayunar y cargamos nuestros bártulos para volver a la playa. La marea baja nos permitía ir hasta playas “internas” y adentrarnos bien en la zona de los islotes
La fotografía era una tentación
no exenta de sorpresas, como esta estrella de mar inverosímil (¡parece de goma eva!)
Pasado un buen rato, volvimos a la costa y nos acomodamos en dos poltronas
Mientras la marea subía y teníamos otra vez playa con agua, leíamos nuestros libros. Terminé Ébano, muy a propósito de este viaje (tenemos pendiente ver un documental que nos envió Miguel Ángel sobre la vida del reportero), muy bueno, y me decidí a recomenzar La parte inventada, de Rodrigo Fresán, llevado a pésimo ritmo en Rosario y cuyo comienzo me había encantado.
Al lado nuestro, varias mujeres charlaban horas y horas animadamente
Y mientras tanto, la vida en la playa continuaba. El mar estaba alto y llegaban los botes con pescados y, con ellos, el turno para que nuestras mujeres dejaran de charlar y se pusieran a limpiarlos. Justo para las fotos…
Poco antes de las 5pm retornamos. Esta vez, volveríamos a cenar al pueblo, nos faltaba probar otro recomendado: Amici Miei. Pedimos un tuk tuk y allá fuimos, a encontrarnos con un restó increíble. Desde la calle principal de Watamu no dice mucho, en cambio el patio interior es bellísimo, muy agradable. Cenamos delicioso… pizza Amici Miei
y ¡otra vez! pulpo (nos estamos sacando las ganas) con crocantes sobre crema de papa y cebollas… ¡ay!
Mañana… mañana nos espera Diani.
Hermosas las fotos y la felicidad de ustedes a pesar de los pequeños inconvenientes,
Disfruten lo q resta de este viaje extraño y hermoso a la vez.
Los queremos!!!!!!
¡Nosotros a Ustedes! Gracias María, disfruten Ustedes también del merecido descanso. Besosssssss
Que bien te veo Mario con la buena mesa servida y la cervecita!!!!!!
Que placerrrrrrr
Qué lindo …
¡Sí! Lindísimo… Beso enorme
Se los ve tan relajados y a Mario totalmente recuperado ya, placer esas lecturas en semejantes lugares. Sigan disfrutando que nosotros los seguimos acompañando on line. Besos
¡Gracias Sa! Sí… re-la-ja-dí-si-mos… necesitábamos este descanso, verdaderamente. Hermoso. Besosssssss