Último día en los fiordos…

16JUL2016

Amanecimos luego de nuestra segunda noche en Bergen y estaba llovizando… el cielo bien cubierto, cumpliendo el pronóstico. Emprendíamos nuestro último día en la zona de los fiordos y, en verdad, debemos sentirnos afortunados… Es una zona con maravillas naturales pero muy lluviosa. A veces pasan semanas y semanas bajo agua.

Partimos hacia el sudeste a eso de las 9am y, en un principio, parecía que limpiaba. Una ruta empinada y cerrada de pinos, con las infaltables iglesias:

Las inmediaciones de Bergen son muy industriales, suponemos que en función del puerto muy activo que tienen y los servicios que deben de prestar.

Cruzamos con un primer ferry Hatvik-Fusa un nuevo y bello fiordo: Bjørnafjorden… ¡son tantos! ¡tan magníficos!

Seguimos por la ruta # 552 bordeando el fiordo, cada tanto se veían las fish farms (criaderos de pescado), del estilo de los que habíamos visto en los fiordos chilenos:

Continuamos por paisajes de un verde intenso, como en casi todo este viaje, escuchando buena música y discurriendo sobre nuestros temas favoritos: si un curso de agua es o no fiordo; si es o no lago… a veces no queda muy claro cuán a nivel del mar estamos… y entonces empezamos a especular si los fiordos tienen marea alta o baja y ese tipo -¡quizá!- de burradas…

También nos pusimos a pensar cuánto nos había cambiado un viaje con la tecnología… estábamos en un auto de lo más bajo de cualquier serie y escuchábamos música sin conexión a internet de mis «listas» de Spotify, en una pantalla aparecían todos los datos de la canción y la foto del álbum al que pertenece. Anoche, en la habitación del hotel, teníamos un smart TV y Mario se puso a ver un capítulo de una de sus series en su cuenta de Netflix… ¡sorprendente!

Divagando sobre estas y otras cuestiones, llegamos al segundo cruce de ferry, Gjermundshamn-Årsnes, más largo que el anterior.

El tiempo empezó a empeorar, con lloviznas intermitentes. Tocamos Odda, desde donde sale el trekking maravilloso que no haremos; el frío se hacía sentir (al igual que en Bergen ayer y anteayer)

Empezamos unos buenos mates y seguimos. Fue una pena que el tiempo desmejorara tanto… a medida que el fiordo se angosta, los paisajes se hacen más bellos… aquí nos los perdimos…

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Hay un punto de confluencia de rutas… ¡bajo tierra! Y si no, basta ver esta rotonda en un túnel:

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Nunca visto… al igual que nos túneles en espiral, como subiendo la montaña, ¡pero adentro! Cosa de loco…

Ya llegando a Eidfjord comenzamos a sospechar que el hotel que habíamos reservado por booking.com no estaba precisamente en ese pueblo, como en cambio se anunciaba. Estaba a 18km de distancia, en el medio esos túneles en espiral, «con vista a la mayor catarata de la zona», 182m, etc. etc.

Llegamos en medio de una niebla feroz:

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Hace 3 horas que estamos y la catarata no aparece; el Fossli es un viejo hotel de montaña, muy venido a menos… en otras palabras, un error, que suma al día feo. Pero aquí estamos, poniéndole el pecho, escribiendo, mirando Netflix, leyendo y preparando la partida de mañana a Oslo.

¡Que no decaigaaaaaaaaaaa!

 

 

 

 

 

 

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