Solita en La Paz, Bolivia…

19JUN2019 / 20JUN2019

La Paz

Llegué a esta ciudad invitada por la Maestría en Derecho Civil y Derecho Procesal Civil de la Universidad Mayor de San Andrés… Un tal Israel Campero me escribió sobre fin del año pasado y, sin dudarlo, dije sí. Luego sabría que mi buena amiga Diana Ramírez era la responsable de la recomendación.

La inmediata respuesta afirmativa tenía que ver con que era mi única oportunidad de conocer esta ciudad, quizá este país… Después de la mala experiencia en Cusco, Mario jamás me acompañaría a la ciudad capital más alta del mundo.

Finalmente, combinamos esta fecha. Pedí por favor venir un par de días antes para “aclimatarme”.

Salí de Rosario en AA, me fui hasta Ezeiza en MTLeón y, allí, tomé el vuelo EZE-Santa Cruz de la Sierra-La Paz, por Boliviana de Aviación. El primer tramo fue hermoso… unas vistas increíbles de lo que, creo, eran el Pilcomayo y el Bermejo… a pleno sol, se veían espectaculares.

Desde el avión La Paz ya se mostraba como una miríada de luces, impactante:

El vuelo llegó muy puntual, 8.45pm. Tal y como prometido, había una persona con un cartel con mi nombre esperándome. Era un transfer del hotel, Real Plaza.

Apenas bajé del avión empecé a sentir mi corazón más agitado, así que mi primer acto en el hotel fue tomarme una taza de mate de coca bien caliente. Me recomendaron subir al restaurante del piso 15, por unas vistas maravillosas…

(efectivamente, fueron solo las vistas… seguí con la recomendación de no recargar el estómago y apenas me tomé una sopa de quinoa y verduras)

La noche fue dura… a eso de la 1am me desperté con un dejo de dolor de cabeza, que se hizo insoportable a las 3am. Me tomé un Flocur y me puse una lata de gaseosa del frigobar sobre el área que latía. Cada vuelta que daba en la cama me aceleraba el corazón… no es fácil.

Desayuné con mate de coca, me tomé una píldora que me vendieron especialmente en la farmacia y me decidí a buscar un tour para no quedarme encerrada y sobreponerme.

Excelente idea salir… me fui caminando muuuuuuuy lento, en trepada, parando a cada rato, y pronto llegué a las “atracciones” del centro: la Plaza San Francisco, la iglesia ídem (como era Corpus Christie, era una fiesta…)

Me quedé largo rato admirando las procesiones, las manifestaciones de fe y de alegría. Tienen dos días feriados por Corpus Christie y por el Año Nuevo Aymara, así que había un clima festivo en las calles y en todos los barrios.

Seguí hasta la archi famosa calle Jaén, la que mejor conserva la arquitectura de la colonia… una maravilla

Sobre todo, el Museo Murillo… increíble

Allí, testimonios preciosos del dolor boliviano que no para…

Continué hasta la Plaza Murillo, en la que confluyen la Catedral

el Parlamento

y la sede del Gobierno

con esos horribles mamotretos que les están construyendo detrás… ¡por el propio gobierno! La verdad es que podrían haberlo resuelto mejor.

La plaza es animadísima… llena de palomas, de niños y de cholas vendedoras… una orgía fotográfica.

Volví a la Plaza San Francisco porque desde allí salía mi tour a las 14.00. Antes, en un Hostal muy lindo,

a menos de 50m, pedí otro mate de coca y un sándwich de queso (el sacrificio que estoy haciendo para no comer el guiso de llama o el risotto de quinoa con hongos silvestres y no sé cuánta cosa más…).

El tour que contraté nunca apareció. Esperé 30’ y nadie se reportó, ni físicamente, ni en mi celular, ni en mi e-mail… (Ya de vuelta en el hotel me enteraría de que lo habían cancelado, habían dado aviso a Viator, Viator había tomado cuenta de ello pero nunca me avisó… dicen que me reembolsan todo; lo controlaremos).

Por suerte, estuve operativa. Trepé hasta la calle Jaén otra vez (adonde había visto una empresa que me había parecido de buena pinta) y estuve a tiempo de contratar un tour por los Teleféricos. Más allá de las polémicas, la gran obra urbanística de La Paz, el gran orgullo de los bolivianos, la gran decisión de este presidente…

Hay 10 líneas, cada una de un color… ¡el arco iris de Evo! Modernísimos, los empezaron a proyectar en 2011, inauguraron el primero en 2014, ya van por 10 y siguen… la empresa que los fabrica e instala es austríaca y son un modelo de seguridad, eficiencia y, lo más importante, integración social y urbanística. Una maravilla.

El tour salía otra vez de la Plaza San Francisco, con lo que fui y vine ya no sé cuántas veces, pero bien valió la pena. Daphne, mi guía, es médica y se radica en 3 semanas en Valencia (España) para intentar la especialización allá. Un encanto, ¡y toda para mí! Terminé siendo la única contratante del tour.

Primero tomamos un minibús que nos llevó hasta la Estación Central, recuperada para el Teleférico de la vieja estación de trenes que unía Bolivia y Chile, ya abandonada. Es una belleza…

Un cartel marca la altura de cada estación, por ejemplo ésta:

Treparíamos a 6 líneas de teleférico, la primera (la roja), la más concurrida, sobre todo porque va a “El Alto” (una ciudad ya separada de La Paz pero, en muchos sentidos, integrada), donde jueves y domingos hay uno de los mercados de usados más grandes de toda Latinoamérica.

El recorrido fue impactante, con vistas de la montaña Illlimani (6438m) con su pico nevado todo el año… bello.

Quedé maravillada con el cementerio… gigante y precioso… caro, con tumbas de alquiler (unos añitos, y luego a cremar y dejar de pagar)

En una arquitectura predominantemente de ladrillo visto (porque antes eran de adobe y ahora había que “mostrarlos”, o porque pagan menos impuestos por obra no concluida…) ahora hay también la tendencia a llenar las viviendas de colores vívidos, a tono con la modernidad del teleférico

El mercado era un espectáculo en sí mismo, particularmente en día feriado:

Y el Mercado de las Brujas, ni qué hablar… el sincretismo religioso está a la orden del día. Si bien son 80% católicos, la Iglesia nunca condenó el paganismo ni las creencias de los orígenes multiculturales del pueblo, así que la lectura del alma, la expulsión de los maleficios, “respuesta a tus problemas”, “felicidad por siempre”, todo con quema de sahumerios y de dulces cuya alquimia supuestamente agradará a los dioses… Todo un espectáculo

Continuamos por las demás líneas de teleférico, encontrándonos a cada rato (sobre todo arriba, en El Alto) con los famosos “cholets” (chalets de cholos…), el máximo aspiracional del paceño cholo: construir un edificio de varios pisos, para negocio, salón de eventos o alquiler de departamentos y, arriba de todo, la propia casa o la casa para la familia y la de algún hijo o todos los hijos ya casados. Valen alrededor del millón de dólares y su arquitectura ya es un sello de la ciudad y del país, en ocasiones con colores brillantes (AMAN el dorado y el plateado, mezclado con el rojo o el naranja…)

Nos bajamos de la línea blanca del teleférico y terminamos el tour en las oficinas de la compañía en la calle Jaén. Ahí Daphne me convidó con un chupito del aguardiente boliviano llamado «singani», mezclado con naranja…

Finalmente me decidí a hacer el walking tour mañana a la mañana con ellos… así a la tarde me dedico a prepararme para la clase.

Quedan para después algunas consideraciones generales… el país, la ciudad, Evo, la pobreza, la multiculturalidad, el Estado Plurinacional… es todo tan pero tan interesante…

Mucho sueño ya…

Un comentario sobre “Solita en La Paz, Bolivia…”

  1. Que vívido relato de una ciudad q yo particularmente no visitare.
    Interesante su cultura y vos Andrea dos una GENIA!!!!!

    Cuídate y beso gigante

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