Hacia la meca de los amantes del impresionismo…

6 SEP 2018 – Giverny

Eran las 3.30pm aprox cuando salimos hacia uno de los destinos innegociables del viaje: Giverny, la meca de peregrinación de los amantes de la pintura impresionista, una visita largamente soñada por Ricardo… allí está nada menos que la Maison et Jardin de Claude Monet.

Difícil poner en palabras la emoción de nuestro amigo cuando llegó allí… y más allá de su exquisita sensibilidad y su propia ilusión con el lugar, todos quedamos en estado de ensoñación…

Por lo demás, salió todo perfecto: llegamos pasadas las 4.30pm, cuando los grupos ya empezaban a dejar el lugar (eran hordas de turistas apenas llegamos), así que pronto fuimos sintiendo que todo el jardín y la casa quedaban para nosotros, al tiempo que salía el sol y embellecía aún más esa recorrida mágica.

Vayamos por parte… dejamos la autocaravana en un espacio especialmente destinado del parking. Atravesamos un paso soterrado de la ruta

para llegar al pueblito y de ahí a la entrada de la Fundación:

Mario había entrado con el ticket sobrante de un grupo que nos ofrecieron a mitad de precio ;); el resto del grupo entramos por el ingreso individual, que pasa obligatoriamente por una tienda gigante y bella

No más entrar, fue una gran emoción…

… pero las palmas se las llevó esa vista tradicional del ingreso hacia la casa y la fachada misma… Hubo lágrimas…

Probablemente el lugar más delicado y estremecedor sea el estanque, formado por un arroyo que justo atraviesa el enclave…

las archifamosas nenúfares

el no menos famoso sauce

o gallo y gallinas

Salió el sol y quedamos mudos de admiración

El interior de la casa era soñado. Desde luego el atelier

y la (para nuestro viaje) simbólica Étretat

Detalles y más detalles de la casa…

Salimos extasiados… no nos queríamos ir de Giverny. El pueblo tiene otro museo y muchas galerías de artistas (pintores, escultores y más), pequeños bed&breakfast, un bar en el que una moza japonesa cantaba jazz como los dioses… experiencias inolvidables. Al final del recorrido, casi como una metáfora…

Ah… qué hermoso día hoy… felices felices… pero claro, ya era tarde y salimos a buscar supermercado, primero, y camping, después… El camping (Camping de Locust) fue de lo peor. Para empezar, estaba cerrada la recepción a las 8.01pm. Tocamos timbre y apareció una mujer que empezó a preguntar… camping-car? douche? éléctricité? ¡Todo iba cargando! En otros lugares tenemos el «paquete autocaravana»; aquí no, con lo que terminó costando mucho más caro y, encima, «pas de carte»… ¡en negro! ¡a nosotros, argentinos! La ducha tenía llave; si nos queríamos duchar a la mañana siguiente, solo recién a partir de las 9; el césped sin cortar… sin papel en el baño… obvio, nada de jabón… creo que una sola cosa hubo buena: primera vez que tenemos calefacción en el baño (en pleno verano, sí, pero con estas temperaturas tan variantes y frescas…).

De cualquier modo, nos terminamos riendo de todo y comiendo otra cena deliciosa. A dormir tempranito 😉

 

 

 

 

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