Gran final de safari en Amboseli

11 ENE 2019

Amboseli National Park

¡Ah, qué día inolvidable habríamos de pasar! Nuestro capitán Gerard nos sacó otra vez al game drive a las 7am, ¡y esta vez para jornada completa! Llevábamos vianda para hacer un pic-nic, preparados para todo el día afuera.

¡Bienvenidos al parque otra vez!

y la guardia con las chitas seguía

y lo que vimos (y no pudimos registrar) fue impactante: las chitas estaban acechantes tras unos yuyos; más allá, unas pobres gacelas pastaban ignorantes del peligro… ¡Todo un espectáculo ver la persecución! ¡Y bravo por esas gacelas, que lograron escabullirse de las dos felinas!

Durante todo el día habríamos de esquivarle a las lluvias que caían fuertes tapando el Kilimanjaro (ya era una cuestión de fe que estuviera ahí atrás). Nubarrones, arco iris… pero sobre nosotros, ni una gota.

Y más animales, claro: jirafas

búfalos

siempre con la chance de fotografiarlos cruzando nuestro camino

Y lo prometido… herds de elefantes:

secuencias interminables de fotos

Y más, tantas más…

Pero no todo era “grandes animales” en Amboseli. Llegamos a la zona de un lago “temporario” (depende de las lluvias y del deshielo del Kilimanjaro, con lo que hay temporadas en las que puede desaparecer), hicimos una escala técnica en uno de los lodges del interior del parque (Ol Tukai Lodge, el más accesible de todos y aun elegantísimo)

… y nos preparamos para la sección “aves”. Los flamencos desplazados de Nakuru…

cigüeñas

gaviotas

crown crane (encontré “grulla” como traducción), el pájaro nacional de Uganda

El lago también era un buen lugar para los hipos

¡y con una mini Kilimanjaro cerca, bien alto preparada para el picnic! (¡ups!, foto desenfocada)

Bellas vistas desde arriba…

y al fin el momento para almorzar

El verde y el agua explica que sea un gran lugar para los animales…

La vuelta estuvo llena de elefantes, saliendo en manada del parque… cientos y cientos y cientos de ellos cruzando…

Poco después de las 4pm (tras 9 horas de safari), salimos del parque. Así quedan los pelos con el viento y la polvareda, pero así también quedan las caras con el disfrute

Y el último registro en el parque:

Justo cuando creíamos que volvíamos al campamento y empezábamos a planear una incursión en la pileta, pasamos frente a la entrada sin detenernos… ¿adónde íbamos? ¿a ver a los elefantes en las afueras del parque? Mmm… James y Gerard tenían una sorpresa preparada para nosotros, “fuera de programa”: una visita a un pueblo masai. Realmente nos sorprendieron; nada debíamos por esto.

Allí fuimos recibidos por un integrante de una de las cuatro familias que viven aquí juntas. Nos explicó que éramos bienvenidos a conocer su modo de vida y sus costumbres, que podíamos sacar fotos y hacer cualquier tipo de preguntas. Que lo primero sería una muestra de cómo un masai da la bienvenida a un visitante, con cantos,

danzas, a las que nos invitaban (¡!)

y una oración deseando un buen “safari”, un buen viaje

Dos alambrados demarcan la aldea circular: uno exterior, para evitar que los grandes animales entren y hieran a los propios masai y a su ganado, y otro interior, para los animales. Entre ambos se disponen las casas y discurre la vida familiar. En esa aldea hay cuatro familias, cada una ocupando un cuarto de círculo al que acceden por tranqueras.

Lo primero fue una demostración de cómo hacen fuego frotando un palo de madera con un trozo de otra madera y encendiendo bosta de elefante… una demanda de su condición de nómades.

Las casas son construidas por las mujeres, con acacias, arcilla y ceniza. Tienen una disposición muy sencilla: primero demarcan el contorno, luego cavan para que una parte esté bajo nivel y sea mucho más fresca, y se organiza en dos habitaciones (una, principal, para la mamá y el papá y donde se ubica el fuego que matará mosquitos y dará lumbre y calor; otra, más pequeña y sin riesgo de fuego, para los niños).

Los niños juegan por todas partes

Y se trataba de un día especial porque estaban preparando una boda que se celebraría al día siguiente, entre una joven de esta comunidad y un joven de otra. Todas la mujeres rodeaban a la novia y hacían joyas para engalanar muñecas, tobillos, cuellos, lóbulos y cuanto lugar hubiera para los adornos

Nos quedamos conversando un buen rato

 y nos enteramos de varios aspectos de su cultura. Las mujeres tienen a su cargo buena parte del trabajo y la responsabilidad familiar. De hecho, James calificó a los masai como un matriarcado, aunque el criterio de calificación sea dudoso: las mujeres construyen las casas, tienen y crían a sus hijos, limpian y cocinan… Los hombres adultos suelen descansar. Uno los ve conversando, tirados bajo un árbol, dirigiendo algo.

El trabajo económicamente más significativo para la comunidad —el pastoreo de animales (vacas, ovejas, cabras)— lo hacen los niños y los jóvenes, i.e., quienes tienen más energía y menos años para ello. De hecho, un niño es una persona muy ocupada: tiene que ir a la escuela y trabajar. Cuando un joven adquiere la mayoría de edad (a los 18), ya se considera que puede casarse y dejar de pastorear.

Hay un jefe de lacomunidad y un consejo de elders que toman las grandes decisiones y resuelven conflictos asignando recursos y penas (como vacas u ovejas).

Las bodas, los nacimientos y los funerales son grandes acontecimientos, con comidas especiales (carne de vaca) y alcohol destilado por ellos mismos para los elders, cantos y danzas.

Los masai se definen como nómades (lo repitieron varias veces) pero no está claro cuánto de esto pervive… Por un lado, tienen la escuela de los niños y la familia nuclear que debe establecerse durante todo el período escolar; por otro lado, nos parece que también está todo el tema de la asignación de tierras y el comercio vinculado con los parques. Quién sabe.

Dejamos la aldea masai muy emocionados por la experiencia. Humanos, tan humanos; iguales y tan distintos… se “siente” todo muy raro y a la vez muy movilizador…

Y esto no era todo… todavía una sorpresa más: nuevo desvío para ver al elefante con los colmillos más grandes en Amboseli, ¡impresionante!

… la silueta del Kilimanjaro empezaba a aparecer… ¡con mucha imaginación!

[Mañana sigo… termino de editar esto en Mombasa… con mucha saudade por nuestros amigos Gerard y James. Lo pasamos realmente genial]

7 comentarios sobre “Gran final de safari en Amboseli”

  1. Imagenes maravillosas, y hermosos ustedes bailando.
    Gran final de fiesta!!!!!
    Interesante lo de la comunidad visitada.
    Se los ve muybien!!!!!!
    Mil besossssgran trabajo Andrea !!!!!!!

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