Bergen II

15JUL2016

¡FELIZ CUMPLE, LOLITA! Esperamos que el whatsapp que mandamos a tus 4am no te haya despertado… ¡o sí 😉 ! Va nuestro regalo de cumpleaños, directo de la Festplassen:

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Este mes viene de mucho cumple, así que a seguir festejando…

Otro muy buen desayuno… por mi parte, irreconocible: salmón rosado todas las mañanas y, en esta zona, una ensalada de camarones, apio y alguna cosa más que no identifico que es una delicia… ¡en el desayuno! En fin… cosas que uno hace de vacaciones, relajado y en «extraña jurisdicción».

Con este tema de la luz y mis trasnochadas escribiendo, dormimos bien poco y nos tomamos nuestro tiempo por las mañanas… Salimos en el bus de las 9.52am al centro, con nuestra tarjeta 24h que habíamos comprado la noche anterior. El día estaba bastante nublado y, en algunos puntos, amenazante; al final, abriría y terminaría siendo un día precioso…

Ciertamente Bergen no iba a hacerme sentir una rain monster… LP textual: «… es una ciudad preciosa y con mucho encanto… Lo malo es que llueve 275 días al año como mínimo». ¡Pues no nos tocó! ¡Hasta vimos algo de sol!

Bergen es la segunda ciudad de Noruega, la más bonita y con más «ambiente», otrora capital del reino (s. XII y XIII).

Como ya adelantábamos ayer, la zona céntrica es muy señorial, con grandes edificios que albergan museos de todo tipo (de arte, decoración, navegación, históricos, folkóricos, etcétera).

Asombra en este tipo de ciudad una peatonal tan ancha, con bellos monumentos:

y, a cada rato, el recuerdo de un «hijo» talentosísimo de la ciudad: Edvard Grieg (Peer Gynt y tantas otras bellas piezas… recuerdo un viejo CD con canciones lentas y tristes cantadas por Anne Sophie von Otter):

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La zona del puerto de Vågen sigue sin solución de continuidad y empieza a mostrar gran movimiento, con el mercado de pescado, frutas y recuerdos:

 

Apostamos a que más tarde escamparía un poco, así que nos perdimos por la zona que rodea la estación del funicular y postergamos esa subida. Son calles adoquinadas que serpentean y trepan, un barrio que a medida que sube abandona los comercios o la iglesia y aparecen casas antiguas en perfecto mantenimiento

y con los más lindos detalles para apreciar:

Largo y detenido recorrido por estas callecitas… una belleza. De ahí, es bajar y ya estar en medio del barrio de Bryggen («embarcadero»), donde volvemos a empalmar con el relato histórico. Parece que Bergen/Bryggen no sólo fue la capital durante un tiempo sino la ciudad más importante del país. En el s. XIII se escribe una historia de fuertes vínculos con una alianza comercial de ciudades alemanas («Hansa» y, de ahí, «Liga Hanseática») de la que Bryggen -un resguardado puerto marítimo- formó parte como principalísima sede extranjera. La prosperidad de esta unión y la importancia de Bryggen perduró hasta fines del s. XIX. Para entonces, todo el barrio era conocido como el «barrio alemán», así como sus costumbres, tradiciones e iglesia.

Poco comprenderían esos pobladores el odio nazi… en el propio Bryggen se visita la sede clandestina del grupo Theta, refugio de la resistencia, acribillados por los nazis cuando los descubrieron.

Entonces, la palabra «alemán» quedó proscripta y todo fue rebautizado tal y como se conoce hoy.

Se trata, entonces, de un barrio medieval, conservado en perfectas condiciones; tanto, que fue declarado Patrimonio Histórico Universal por la UNESCO en 1979, bajo el «Criterio III, ser y aportar un testimonio único o por lo menos excepcional de una civilización o tradición cultural desaparecida». Concretamente, se valoró que (i) es la única parte conservada de una factoría hanseática de ultramar; (ii) fue núcleo de desarrollo urbano de una región marginal de Europa; (iii) conserva vestigios del antiguo de tipo de edificios urbanos de madera, característicos del Norte de Europa.

Pruebas…

Entre las casas, unos estrechos pasillos que respiran aires de otra época y hoy albergan mayoritariamente ateliers de artistas, diseñadores de joyas, tiendas de chucherías turísticas

y patios interiores divertidos, con un bacalao

DSC01210y una cabeza embalsamada que recuerda una leyenda: la casa sería de un prestamista, cuando el deudor no pagaba se colgaba esta cabeza en señal de que «el señor feudal se estaba haciendo cargo de la mujer del deudor» 😉

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El olor a canela era irresistible, así que a eso de la 1pm hicimos un pequeño tentempié

Ya era hora de trepar a la montaña de Fløyen… en funicular de Fløibanen:

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Las vistas, sencillamente imperdibles, muy apreciables además gracias a que el día mejoró muchísimo

La bajada, por bellos senderos en medio del bosque que desembocan en la ciudad, en el barrio que habíamos recorrido primero a la mañana… total: 40 minutos bajando… buen ejercicio para rodillas y glúteos 😉  (en este preciso momento duele levantarse de la silla…)

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¡Qué vistas estas casas…!

La bajada nos dejó exhaustos, así que emprendimos el retorno al hotel… Hoy nos toca picnic pero, antes, sección «una imagen, más que mil palabras»:

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🙂

 

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