Adiós San Petersburgo…

15 JUL 2016

San Petersburgo

Y está bien datar en 15 de julio esta entrada. A las 00.20 de ese día debíamos estar en un muelle, cerca de la estatua del Almirantazgo, para tomar un tour en barco que permite una de las atracciones más admiradas de la San Petersburgo de las “noches blancas” del verano: ver cómo se levantan los puentes de modo de habilitar el paso para ciertos barcos hacia y desde el Báltico.

En la espera a zarpar nos encontramos con una pareja de Zaragoza que habíamos conocido en el tour del Ermitage. Nos contaron una historia terrible con el alquiler de un departamento cerca del Palacio de Invierno (ellos llegaron a las 9pm a Moscú y recién apareció alguien a abrirles el depto a las 2am… de infarto).

El paseo en barco estuvo sen-sa-cio-nal, incluso pensando en el frío de la noche (más allá de las mantas que nos dieron) y en que se prolongó más de lo que imaginábamos (creíamos que llegábamos “a las puertas” del puente, lo veíamos levantar y volvíamos… pues no… dimos vuelta por todo el río Neva, por las islas, vimos tres puentes levantarse y otras atracciones). Mucho valor por lo pagado… volvimos al depto a las 3am, no teníamos recuerdo de volver de día a casa ¡y aquí a esa hora ya había amanecido!

Van, entonces, algunas vistas desde el barco

el levantamiento del primer puente, el que da a la plaza principal

el que cruzamos inicialmente para ir a la Fortaleza

Y otro más aguas arriba del río

Por fin Mario pudo ver el barco Aurora, con toda una historia que le recordaba el viaje de Tete a Rusia con los tíos

Todo, con el marco de una luna de cuadro, más allá de que no se aprecie en la foto

De vuelta caminando, un recuerdo de la estatua de Pedro el Grande, quien soñó y empezó a concretar esta ciudad de ensueño

Sin perjuicio de habernos dormido casi a las 4am, al día siguiente estábamos arriba poco después de las 8am, aunque sin apuro. Dejaríamos el depto con Olga (la señora de la limpieza) a eso de las 12pm y, hasta entonces, podíamos desayunar tranquilos a escasos metros de donde estábamos

visitar la Casa Singer (y comprarme una libreta de notas, porque agoté la que traje), ¡qué bella librería y qué vistas desde su café!

Nos despedimos de nuestro “conventillo” con ubicación de 5*

y partimos hacia la estación de trenes Moskosvskij Voksal, primero, a dejar las valijas en consigna (excelente sistema y a muy buen precio) y al Palacio Peterhof, en las afueras (30km), después. Para eso debíamos ir hasta la estación de metro Avtovo, ¡un museo en sí misma, como tantas otras aquí!

y luego un bus (hay varios que llegan hasta el palacio; de nuevo, inesperada la amabilidad de la gente y del personal de los buses, aunque no hablen demasiado inglés).

Se suponía que tendríamos un día tranquilo, pues el lunes sólo se visitan los jardines, pero no…

El Palacio Peterhof fue comenzado por Pedro el Grande a instancias de su mujer, fue embellecido a lo largo de los años y sirvió de palacio real hasta la Revolución de 1917, principalmente como estancia de verano.

De clara inspiración en Versalles, su estética choca particularmente en lo que resulta el enclave principal: la fuente de las cascadas, con decenas de estatuas de un dorado enceguecedor.

Empezamos a caminar hacia el Palacio y hacia el ingreso de los Jardines Inferiores, el “plato fuerte” de la visita

Ya ingresados en la visita de pago, se suceden jardines y fuentes en medio de un bosque enorme

que da al Báltico y desde donde se divisa SP

[Aquí mismo mandamos un mensaje a Lola de feliz cumple 😉 ]

Es muy divertido ver disfrutar a los niños con el agua (suponemos que no lo será tanto para esos padres…)

Un pequeño Ermitage, para el austero Pedro

Y por fin la gran cascada y sus estatuas

¡Nos sacamos el micropolar un rato!

con vistas del imponente palacio

En definitiva, se trata de una visita ineludible, más allá de que guste mucho o poco esta estética versallesca.

Desandamos el camino: bus, metro desde Avtovo, estación de la terminal de trenes, y nos metimos en un centro comercial para comer algo y hacer tiempo. Allí nos encontramos con Gonzalo Hourquescos, su mujer Lucía Ivaldi Artacho y sus tres hijos, recorriendo SP ¡y viajando a Moscú en nuestro mismo tren! Charlamos largo rato y nos despedimos hasta las 11.55pm, horario en el que partía el servicio espectacular que contratamos de coche cama… ¡nos quedamos a vivir aquí!

Dormimos como angelitos… a las 3am nos despertamos creyendo que eran las 7.55am (horario de llegada), pero de nuevo… las noches blancas… El desayuno estuvo espectacular, salmón rosado, panqueques, frutas, quesos y otras delicias.

Nos despedimos de los Hourquescos y buscamos un Uber para ir hasta el hotel. Pero esa ya es otra historia. ¡Estamos en Moscú!

[Antes de tirarlos, vaya el recuerdo de mis apuntes del Ermitage y de cómo voy armando el blog con los títulos y números de las fotos (los Chapitos ya conocen mi rudimentaria técnica)

… todo mi empeño y toda la alegría que vislumbro en mi mamá y la que seguramente sentiré en el momento de releerlos]

9 comentarios sobre “Adiós San Petersburgo…”

  1. La cara de juguetería de Marito en esa cama en ese camarote de ese tren , no tiene desperdicio .
    Que hermoso viaje!!!!
    Beso enorme para los dos!!!!!
    ( los extrañamos)

    1. ¡Tal cual! Disfrutó como un chico, y yo también… aunque prendí la compu lo único que pude hacer fue bajar fotos… la noche anterior había dormido 4 horas y aquí tenía pocas perspectivas de sueño!!! (dura apenas 8 horas el viaje, es buenísimo, no te das cuenta en esas butacas tan confortables! Los extrañamos muchísimo también!!! Beso enorme

  2. Hijitus como bebé disfrutando del confortable y delicias del tren!!!!
    Una maravilla !!!
    Verlos felices me entibia el alma!!!!
    Mil besoss

  3. Soñadas esas fotos nocturnas iluminadas, gracias x tu tan detallado relato, es increíble el arte que se puede encontrar en las estaciones (mi mamá vino maravillada con ellas), sigan disfrutando. Beso grande.
    PS: la segunda foto de Mario en el tren encuadrada va ideal al lado del último cuadro q hizo colgar en el despacho, para la hora de los lamentos jaja

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