15 MAY 2022
Monticchiello – Montepulciano – Orvieto
Le dijimos adiós a Pienza desde nuestro lugar de ensueño…
Nuestro próximo destino era Monticchiello y llegamos a ese pueblito mínimo por un camino de ripio, precioso
Entrando en el destino, una exhibición de autos de colección… ¡la domenica y un mar de gente!
Y lo que vinimos a ver, paisajes, vistas, panorámicas…
Marito se hizo hacer una sesión de fotos para Benito:
El pueblito es muy piccolino, con gran encanto
Y nos despedimos con esta imagen:
Montepulciano
Todavía en Toscana, entre el Val D’Orcia y el Val di Chiana, está la ciudad de Montepulciano, con su casco antiquísimo (s. IV a.C., orígenes etruscos).
Una vez más, se visita el burgo amurallado, así que dejamos il camper en un parcheggio muy cómodo, trepamos unas escaleras eternas, y ahí entramos:
Hicimos el típico recorrido por iglesias y plazas, empezando por esta:
y trepamos la calle principal:
Desembocamos en una iglesia muy distinta… Santa Lucia
para luego seguir hacia San Francesco
Las vistas seguían siendo alucinantes…
Ahí no más dimos con un viejo conocido mío… el gran procesalista italiano Piero Calamandrei que vivió y tuvo una casa aquí en Montepulciano.
El recorrido nos condujo finalmente hasta la Piazza del Duomo
¡para encontrarnos ahora mismo con los autos de colección! Se ve que se habían trasladado en caravana hasta aquí:
¡Uno más lindo que otro! ¡Cómo nos hubiera gustado estar con Benito!
Cerramos la visita con estos detalles relacionados con baco (aquí el vino estrella es el Nobile, que compramos para probar) y gastronomía
… y con una lección de estacionamiento no apta para cardíacos 😉
Orvieto
Dejamos la amada Toscana y ya ingresamos nuevamente a Umbria para visitar la ciudad de Orvieto, con mucho ranking en todas las guías. En la app nos indicaban un área de servicios para autocaravanas que resultó ser la mejor de las que paramos. Tenía todas las comodidades de lo que usamos en un camping sin serlo: baños, duchas, lavadero de platos, además de la carga y descarga de aguas que suele haber en las áreas de servicios… encima, todo limpísimo… encima, a 50m del funicular que nos llevaría a la ciudad amurallada.
¡Allá fuimos!
No más salir del funicular teníamos el ingreso a la Fortezza Albornoz y Porta Rocca:
Desde donde, una vez más, teníamos vistas panorámicas de todo el entorno:
«La» visita en Orvieto es a su Duomo, una catedral increíble de enorme y de gran decorado exterior
e interior (aunque teníamos restringido bastante el acceso, porque había un coro ensayando que, por supuesto, nos quedamos a escuchar un rato)
De salida y del otro lado, esta imagen espectacular del Duomo:
El centro tenía «ambiente» de domingo, muy concurrido y animado
Nuestros cuerpos no daban más… es como que nos bajó todo el cansancio junto. Seguimos dando unas vueltas hasta una plaza bien fea y pegamos la vuelta por la calle central, donde paramos a comprar algunas vituallas que nos faltaban para la pasta y los dulces de la noche, y a divertirnos con alguna que otra foto, como esta:
[Termino de escribir esto ya «en casita», en Forano, luego de otro día intenso, interesante, pleno de sol y de la alegría de estar haciendo este viaje maravilloso. Mañana, el final del recorrido]